Manifiesto del general José Sanjurjo. La Sanjurjada de 1932. Texto completo.

TEXTO HISTÓRICO PARA COMENTAR

La "Sanjurjada"
José Sanjurjo
(Haz click en las imágenes para verlas mejor)


Manifiesto del general José Sanjurjo Sacanell. 1932

(La redacción del texto se atribuye al periodista Juan Pujol, director de Informaciones y agente del millonario mallorquín Juan March.)

Españoles: Surge de las entrañas sociales un profundo clamor popular que demanda justicia y nos mueve a procurarla. No hay atentando que no se haya cometido, abuso que no se haya perpetrado ni inmoralidad que no haya descendido a todos los órdenes de la Administración pública, para provecho o para el despilfarro escandaloso. La fuerza ha sustituido al derecho, la arbitrariedad a la ley, la licencia a la disciplina. La violencia se ha erigido en autoridad y la obediencia se ha rebajado a la sumisión. La incapacidad se impone donde la competencia se exhibía El despotismo hace veces de valor y de honor de la desvergüenza. 
No nos impresiona la emoción dimanante del dramatismo de un levantamiento para el triunfo del pueblo. Las angustias del país nos emocionan profundamente. La revolución será siempre un crimen o una locura dondequiera que prevalezca la tiranía, medios justificativos que copiamos de la revolución que se hizo en abril de 1931.
Se han destrozado los organismos de defensa e insultado groseramente a los cuerpos armados; ha aumentado su criminalidad de modo alarmante. El paro forzoso, extendido en proporciones aterradoras, tiene en la miseria a muchos miles de obreros. No se ha tenido en varios meses ni un día de sosiego y tranquilidad, con el sobresalto constante del incendio, huelgas revolucionarias, robos, atracos y amenazas. Las leyes de excepción nos privan más que nunca de los derechos ciudadanos, y por si estos y otros males fueran pocos, se han alentado imprudentemente los sentimientos de varias regiones y envenedo aspiraciones que podían ser legítimas en su origen, poniendo en peligro inminente la integridad de España.
Por amor a España y por imperativos de nuestra conciencia y nuestro deber, que nos obliga a salvarla de la ruina, de la iniquidad y de la desmembración, aceptamos desde este momento la responsabilidad de la gobernación del país y asumimos todas las funciones del Poder Público con el carácter de Junta provisional.
No venimos, sin embargo, a imponer un régimen político contra la República, sino a libertar a España de la alarma, que sólo en un año ha ocasionado daños tan gravísimos en lo material y lo moral. La forma en los Poderes del Estado han de organizarse se determinará por la representación legítima de todos los ciudadanos designados en elecciones que se celebrarán en un régimen de libertad, sin amenazas ni coacciones que impidan manifestarse libremente la voluntad individual de los electores.
Los poderes que esta Junta provisional asumen durarán el tiempo indispensable para restablecer la disciplina, postulado esencial previo para la legitimidad de cualquier Parlamento que la nación elija, pero durante ese periodo de restauración de la paz pública será inexorable en la persecución de cuantos aspiren a reproducir los métodos de terrorismo a que acabamos de poner término, y sobre todo cuantos estén al servicio de organizaciones extranjeras, cuyo fin esencial es de introducir y fomentar la discordia interna en las naciones, organizaciones que por lo que aquí respecta quedan desde este momento fuera de la ley.

Solo a estos fines responderán los decretos de la Junta provisional, y para ello requiera la colaboración de todos los ciudadanos. La cordialidad con que pide y espera su concurso le autoriza, si se produjera cualquier intento perturbador, para reprimirlo de modo severo.

¡Viva España y viva la soberanía nacional!

Esta edición como tal está extraída del libro de Sigfredo Hillers de Luque
España: Régimen jurídico-político de Franco (1936-1975) versus Régimen político actual de Juan Carlos I/Felipe VI (partitocracia coronada). Editorial Aranzadi. 2015. 

spacer

Acto de fundación de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas)

TEXTO HISTÓRICO PARA COMENTAR

Artículo de el diario El Debate, de 5 de marzo de 1933 

Acto de constitución de la Confederación Española de Derecha Autónomas (CEDA). 

Emblema de la CEDA
(Haz click en las imágenes para verlas mejor)


“Anoche se constituyó, entre vítores de entusiasmo, la Confederación Española de Derechas Autónomas. Las mujeres y los jóvenes, puestos en pie sobre las sillas, como si éstas fueran un peldaño que llevara a los altos ideales comunes, certificaron la unidad de pensar, de querer y de obrar de las 750.000 personas representadas directamente en ese acto solemne.

Cerraron la asamblea dos intervenciones: la de un obrero valenciano, vestido con la negra blusa de su región, el Sr. Martín, y otra del Sr. Gil Robles.

-Me dirijo a todas las derechas, a todos los ciudadanos de buena voluntad -decía el primero- para decirles que somos responsables ante España y ante Cristo de la salvación de aquélla. Hablo en nombre de los hombres de mi clase, de los obreros españoles, que en su noventa por ciento son honrados, para deciros que tenemos interés en que quienes creen en Cristo y en el Papa cumplan lo que Cristo y el Papa ordenan. Muchos de vosotros sois aristócratas y ricos, y por eso mismo tengo un gusto especial en hablaros. Si los católicos, por haber dejado de serlo, hemos sido los causantes de lo ocurrido en España, pensemos que es esta la hora de rectificar el camino, pues para hacer el bien todos los instantes son el instante supremo. Los obreros tenemos derecho a esperar mucho de esta asamblea.

Poco después, Gil Robles, en las palabras finales, decía:

-Debemos felicitarnos de los trabajos, de la misma diversidad de tendencias manifestadas, porque sólo han revelado la pugna de llevar a las conclusiones la interpretación más fiel y avanzada de la doctrina social y política cristiana. Dios ha bendecido nuestros trabajos porque los ha presidido la humildad del corazón y la pureza de los fines. Me limito, pues, a darle las gracias y a declarar solemnemente que ha quedado constituida la C.E.D.A., que ha de ser el núcleo derechista que salve a la Patria, hoy en peligro.

Se leyó y subrayó con vítores a Navarra el saludo y adhesión telegráficos remitidos por la «Liga de Mujeres Tudelanas», y una carta emocionada sobre el programa social de Acción Popular y las conclusiones a que ustedes han llegado.

Viejo ya, doy por bien empleados los golpes sufridos al defender eso mismo, y es para mí un gran consuelo ver que aquellas viejas sugestiones que presentábamos con timidez, como un requerimiento leal de la fraternidad cristiana y como una lucecilla de ideal, esos jóvenes y esas masas de Acción Popular las están convirtiendo en antorchas con las que espero han de prender incendios espirituales de redención próxima de España.

Nuestro ideal ya no muere. A él dediqué lo mejor de mi vida, y al ver asegurada su perpetuidad, no me importa ya morir.»

El señor Fernández Ladreda pidió que se hiciera constar como dos conclusiones finales del Congreso la derogación de las leyes de excepción y la petición de garantías ante la próxima lucha electoral.

Cuando la asamblea se disponía a levantarse, el señor Gil Robles propuso, y los reunidos asintieron unánimes, dirigir un telegrama de protesta en nombre de los 800.000 afiliados de la C.E.D.A., al Ayuntamiento de Bilbao, por el acuerdo de derribar el monumento al Sagrado Corazón de Jesús.

Las coincidencias que deben unir a las derechas

Así terminó sus trabajos sobre política, municipalismo, cuestiones sociales, agrarias, política internacional y, en suma, cuantos grandes problemas generales tiene planteados una agrupación de partidos modernos, el Congreso e la C.E.D.A., que comenzó bajo el signo de la Cruz cinco días antes.

Al discutirse, por la tarde, después de terminar todas las secciones sus respectivos trabajos, el Estatuto de la C.E.D.A., se admitieron como coincidencias fundamentales de los partidos que la integran -aparte de las conclusiones aprobadas en detalle- las siguientes, debidas a la iniciativa de la Derecha Regional Valenciana:

a) Afirmación y defensa de los principios fundamentales de la civilización cristiana.

b) Necesidad de una revisión constitucional de acuerdo con dichos principios.

c) Aceptación, como táctica para toda su actuación política, de las normas dadas por el Episcopado a los católicos españoles en su declaración colectiva de diciembre de 1931.

El peso de los debates recayó ayer sobre Medina Togores, defensor de la ponencia sobre los Estatutos de la C.E.D.A. y autor de la relativa a organización interna del partido de Acción Popular.”

----

spacer

Discurso del presidente González en la ceremonia de adhesión de España a la CEE (Actual UE).

TEXTO HISTÓRICO PARA COMENTAR

Discurso de Felipe González Márquez,  Presidente del Gobierno de España en la Ceremonia de la Firma del Tratado de Adhesión a la CEE. Completo
Madrid, Salón del trono del Palacio Real, 1985.



----------
Discurso del Presidente del Gobierno en la Ceremonia de la Firma del Tratado de Adhesión a la CEE
1985
Discurso del Presidente del Gobierno en la Ceremonia de la Firma del Tratado de Adhesión a la CEE
Damos hoy un paso de importancia histórica para España y para Europa. Al estampar nuestras firmas en el Tratado de Adhesión a las Comunidades Europeas, hemos puesto un jalón fundamental para completar la unidad de nuestro viejo continente y también para superar el aislamiento secular de España.

Estamos contribuyendo a hacer realidad los propósitos expresados en el preámbulo del Tratado de Roma, en el cual los fundadores de la comunidad se declararon resueltos a consolidar la defensa de la paz y de la libertad, y para ello invitaron a los demás pueblos de Europa a participar de dicho ideal asociándose a ese esfuerzo.

Esa invitación ha sido aceptada por los españoles. Pronto se han de cumplir ocho años desde que el gobierno democrático surgido de las elecciones del 15 de junio de 1977 solicitara oficialmente la apertura de las negociaciones con la comunidad europea con vistas a la integración de España como miembro de pleno derecho. En la carta que dirigió el entonces Presidente del Gobierno, don Adolfo Suárez, se dejaba constancia de nuestra identificación con los ideales que inspiraron los tratados constitutivos de las comunidades europeas, y además se expresaba la esperanza de que las negociaciones concluyeran con un resultado satisfactorio para la comunidad y para España.

La esperanza no ha sido defraudada y el resultado ha sido conseguido. Me corresponde a mí agradecer ahora, en nombre del pueblo español, los esfuerzos que habéis realizado para lograr soluciones equilibradas en los temas conflictivos que surgieron a lo largo de la negociación. Y agradecerlo especialmente al presidente del consejo, al señor ministro Andreotti, al señor Delors, al señor Natali, a todos los que en el último tramo han hecho un especial esfuerzo y han dedicado su gran habilidad como negociadores para poder culminar los trabajos. Sabéis muy bien que en estos esfuerzos siempre os acompañó la delegación española.

Hoy podemos decir con satisfacción que los representantes del pueblo español que surgieron de las primeras elecciones democráticas tenían razón al prestar el apoyo unánime a la candidatura de España al ingreso en la Comunidad Europea, dando así una mayor fuerza y un mayor respaldo al gobierno que iniciaba el proceso de negociación. Queríamos dejar constancia todos, desde el primer momento, de que el objetivo de nuestro ingreso en la Europa comunitaria era una cuestión de estado por que reflejaba el deseo abrumadoramente mayoritario de los ciudadanos españoles; para ellos la integración de España en Europa se ha identificado con la participación en los ideales de libertad, de progreso y de democracia.

Con anterioridad, otros españoles, a los que quiero hacer presentes hoy en nuestra memoria, aportaron su esfuerzo y su clarividencia en momentos decisivos para la construcción europea, y asistieron, asumiendo incluso riesgos personales, a los congresos de La Haya en 1948 y de Múnich en 1962. También deseo recordar a aquellos que, con entrega ejemplar, desde el acuerdo de 1970 hasta hoy, han participado en la negociación que hoy culmina con la reincorporación de España al entorno natural al que pertenece.

Es, señoras y señores, toda una nación la que recupera el pleno sentido de su historia, una nación que conjuga el legado del pasado y su evidencia de “ser” Europa con la realidad presente de “estar” en las instituciones europeas, primero en el consejo de Europa y ahora en la comunidad.

Y al llegar a este punto quisiera enviar, en nombre del pueblo español, un saludo entrañable y cordial al pueblo de Portugal, representado aquí por el primer ministro de su gobierno, el señor Mario Soares, y por su delegación; a la nación vecina y hermana que, junto con España y casi al mismo tiempo, inició hace cinco siglos la epopeya del descubrimiento de otros continentes hacia los que proyectamos nuestra cultura, cultura   europea, y civilización, civilización europea. Desde la península ibérica, Portugal y España alumbraron nuevos mundos al viejo mundo, ensancharon sus fronteras, no solo desde el punto de vista geográfico, sino también desde el punto de vista espiritual, al impulsar decisivamente la evolución del pensamiento, de la ciencia y de las técnicas de la era del renacimiento.

También ahora, en el mismo momento, los dos países iniciamos una nueva etapa cargada de retos y de promesas; una empresa que completa a Europa, que refuerza los lazos que unen a nuestros dos pueblos y que permitirá, dentro de las instituciones comunitarias, que acentuemos la proyección de Europa hacia los países de Iberoamérica y África que pertenecen a nuestro mismo ámbito cultural.

Nosotros entendemos que la unidad europea no puede hacerse solo hacia dentro, sino también debe hacerse hacia fuera de Europa. El ser histórico de Europa consiste, precisamente, en volcarse hacia el mundo. Todo intento de construir una Europa cerrada en si misma estaría condenado al fracaso, y, además, no serviría a los auténticos intereses europeos.

España comprende bien la universalidad de Europa porque a su identidad europea une una dimensión iberoamericana y una dimensión mediterránea.

Nuestra proyección iberoamericana es historia y cultura compartidas y nos impulsa siempre a mantener estrechas y fraternales relaciones con los pueblos y los países de esta área. Por eso, en este momento solemne deseo reafirmar esta dimensión como un acervo que forma parte de nuestra realidad y como una responsabilidad en la búsqueda de una relación más rica y más intensa entre Europa e Iberoamérica.

Compartimos con otras naciones europeas la dimensión mediterránea. Con la ampliación, la comunidad estará todavía mas próxima a los países de la ribera sur del Mediterráneo. Esto nos va a obligar a redoblar esfuerzos, para que la comunidad contribuya eficazmente a los procesos de paz, de estabilidad y de desarrollo, tanto en el norte de áfrica como en el próximo oriente.

El ingreso de España en la Comunidad Europea es un proyecto ambicioso, sin duda, de largo alcance, que desborda sobradamente el ámbito estricto de las cláusulas del tratado que acabamos de suscribir.

Para España, este hecho significa la culminación de un proceso de superación de nuestro aislamiento secular y la participación en un destino común con el resto de los países de Europa occidental.

Es cierto que, para nuestra realidad económica y social, supone un desafío de modernidad, exige un cambio de mentalidad y un cambio de estructuras. Será un esfuerzo de adaptación aun mayor que el que han hecho en su día los países fundadores de la Europa comunitaria, porque nos sumamos con retraso a un proceso ya en marcha.

Tengo confianza, sin embargo, en que ese desafío va a ser respondido claramente por nuestra sociedad (trabajadores y empresarios; profesionales, técnicos e investigadores; hombres y mujeres de todos los pueblos de España). Con el esfuerzo de todos y con la ilusión de un pueblo dinámico y joven, podremos afrontar el reto de la modernización económica, social, tecnológica, que nos permitirá cruzar con confianza y con paso firme el umbral de la próxima centuria.

Para Europa en su conjunto, la ampliación de la comunidad con el ingreso de España y Portugal no puede verse como una mera operación aritmética, sino como la oportunidad excepcional para dar un salto cualitativo en la construcción política de Europa.

Sabemos que algunos, dentro de la Europa comunitaria, contemplan la nueva ampliación con temor, porque piensan que podrían alterarse definitivamente los delicados equilibrios que se pusieron de pie por los tratados fundacionales, y que ya fueron afectados por el transcurso del tiempo y las ampliaciones sucesivas.

Pues bien, ello debe ser motivo precisamente para plantearse la ampliación como un elemento catalizador que provoque una reflexión profunda sobre el futuro de España y una respuesta sobre la mejor manera de afrontar conjuntamente los desafíos del fin del siglo.

La Europa comunitaria ha demostrado sobradamente su capacidad de adaptación a las nuevas situaciones y a las nuevas exigencias. La ampliación es precisamente la mejor muestra de esa vitalidad y debe abrir las puertas a un periodo de renovación.

En lo que a España concierne, quiero dejar desde el principio una cosa clara: no seremos ni carga para la comunidad, ni obstáculo que entorpezca su marcha hacia formas superiores de integración política y económica. Bien al contrario, dentro de la defensa de nuestros intereses esenciales, colaboraremos en toda la medida de nuestras fuerzas para el progreso de la unidad europea.

Desde el primer momento, el gobierno de España manifiesta su voluntad decidida de avanzar con los que quieran avanzar y hasta donde se quiera avanzar.

Para ello, España aporta un cierto saber de nación vieja y un entusiasmo de pueblo joven, con la convicción de que un futuro de unidad es el único futuro posible para Europa. El ideal de la construcción europea es hoy más valido que nunca, porque nos lo imponen las exigencias del presente, pero aún más nos lo imponen las del mañana.

No podemos olvidar que trabajamos para mejorar ese presente, pero también, y, sobre todo, para transmitir a las nuevas generaciones un legado de paz, de justicia y de progreso.

Este acto es un acto de afirmación europea. Que lo sea también de esperanza en una Europa más justa, más solidaria y más unida, a cuya construcción todos estamos convocados.

España aportará su esfuerzo en la construcción de ese ideal de libertad, de paz y de justicia, y afirmo aquí, solemnemente, que nadie, mediante la coacción o la violencia podrá torcer nuestro propósito de cooperar en esa construcción de Europa.

Felipe González Márquez
spacer

Lucharemos en las playas ( We shall fight on the beaches) Discurso completo de Winston Churchill

Lucharemos en las playas. Discurso completo

TEXTO HISTÓRICO PARA COMENTAR
Discurso de Sir Winston Churchill el 4 de junio de 1940 en la Cámara de los Comunes, tras la retirada y puesta a salvo, del ejército británico en Dunkerque. En este momento Reino Unido aparecía solo contra el ejército nazi ya que el francés agonizaba y arreciaban quienes urgían al gobierno británico a negociar. El primer ministro británico describe en su intervención ante la cámara la amarga situación pero reafirma su voluntad de seguir luchando y se muestra confiado en que los Estados Unidos, a quienes no nombra directamente, intervendrán a su favor.

Churchill
Haz click en las imágenes para verlas mejor.

Desde el momento en que se rompieron las defensas francesas en Sedan y en la Mosa al final de la segunda semana de mayo, solo una rápida retirada a Amiens y al sur podría haber salvado a los ejércitos británico y francés que habían entrado en Bélgica ante la apelación de el rey belga Pero este hecho estratégico no se realizó de inmediato. El Alto Mando francés esperaba poder cerrar la brecha, y los Ejércitos del norte estaban bajo sus órdenes. Además, una retirada de este tipo habría implicado casi con seguridad la destrucción del excelente ejército belga de más de 20 divisiones y el abandono de toda Bélgica. Por lo tanto, cuando se realizó la fuerza y ​​el alcance de la penetración alemana y cuando un nuevo generalísimo francés, el general Weygand, asumió el mando en lugar del general Gamelin, los ejércitos francés y británico en Bélgica hicieron un esfuerzo para mantener la mano derecha. de los belgas y dar su propia mano derecha a un ejército francés de reciente creación que habría avanzado a través del Somme con gran fuerza para alcanzarlo.
Sin embargo, la erupción alemana barrió como una guadaña afilada alrededor de la derecha y la parte trasera de los Ejércitos del norte. Ocho o nueve divisiones blindadas, cada una de aproximadamente cuatrocientos vehículos blindados de diferentes tipos, pero cuidadosamente surtidos para ser complementarios y divisibles en pequeñas unidades autónomas, cortan todas las comunicaciones entre nosotros y los principales ejércitos franceses. Cortó nuestras propias comunicaciones para alimentos y municiones, que se dirigieron primero a Amiens y luego a través de Abbeville, y se abrieron camino por la costa hasta Boulogne y Calais, y casi hasta Dunkerque. Detrás de esta acometida acorazada y mecanizada surgieron varias divisiones alemanas en camiones, y detrás de ellas nuevamente, pisoteaba, de manera relativamente lenta, la aburrida masa bruta del ejército alemán común y el pueblo alemán, siempre tan dispuestos a ser pisoteados en otras tierras de Libertades y comodidades que nunca han conocido en sí mismas.
He dicho que este golpe blindado casi alcanzó Dunkerque, casi pero no del todo. Boulogne y Calais fueron las escenas de combates desesperados. Los guardias defendieron Boulogne por un tiempo y luego fueron retirados por órdenes de este país. La Brigada de Fusileros, El 60 de Fusileros y los Fusileros de la Reina Victoria, con un batallón de tanques británicos y 1.000 franceses, en total unos cuatro mil, defendieron a Calais hasta el final. Al brigadier británico se le dio una hora para rendirse. Rechazó la oferta y pasaron cuatro días de intensos combates callejeros antes de que reinara el silencio sobre Calais, que marcó el final de una resistencia memorable. Solo 30 supervivientes no heridos fueron llevados por la Marina, y no sabemos el destino de sus compañeros. Su sacrificio, sin embargo, no fue en vano. Al menos dos divisiones blindadas, que de otro modo habrían sido dirigidas contra la Fuerza Expedicionaria Británica, tuvieron que ser enviadas para superarlas. Han agregado otra página a las glorias de las divisiones de luz, y el tiempo ganado permitió que las líneas de agua de Graveline se inundaran y se mantuvieran en manos de las tropas francesas.
Así fue como se mantuvo abierto el puerto de Dunkerque. Cuando fue imposible para los ejércitos del norte reabrir sus comunicaciones a Amiens con los principales ejércitos franceses, solo quedaba una opción. Parecía, de hecho, desolado. Los ejércitos belga, británico y francés estaban casi rodeados. Su única línea de retiro fue a un solo puerto y a las playas vecinas. Fueron presionados por todos lados por ataques pesados ​​y superados en número en el aire.
Cuando, hace una semana, le pedí a la Cámara que se arreglara esta tarde como ocasión para hacer una declaración, temí que me fuera difícil anunciar el mayor desastre militar en nuestra larga historia. Pensé, y algunos buenos jueces estuvieron de acuerdo conmigo, que quizás 20,000 o 30,000 hombres podrían ser reencarnados. Pero ciertamente parecía que la totalidad del Primer Ejército francés y la Fuerza Expedicionaria Británica al norte de la brecha de Amiens-Abbeville se dividirían en campo abierto o, de lo contrario, tendrían que capitular por falta de comida y municiones. Estas fueron las noticias duras y pesadas para las que pedí a la Cámara y la nación que se prepararan hace una semana. Toda la raíz, el núcleo y el cerebro del Ejército británico, sobre los cuales construimos y construimos, los grandes ejércitos británicos en los últimos años de la guerra, parecían perecer en el campo o ser dirigidos en un cautiverio ignominioso y hambriento.
Esa era la perspectiva hace una semana. Pero otro golpe que bien podría haber sido definitivo aún estaba por caer sobre nosotros. El rey de los belgas nos había pedido que acudiéramos en su ayuda. Si este gobernante y su gobierno no se hubieran separado de los aliados, que rescataron a su país de la extinción en la guerra tardía, y si no hubieran buscado refugio en lo que se demostró que era una neutralidad fatal, los ejércitos francés y británico bien podrían comenzar. Han salvado no solo a Bélgica sino también a Polonia. Sin embargo, en el último momento, cuando Bélgica ya estaba invadida, el rey Leopoldo nos pidió que acudiéramos en su ayuda, e incluso en el último momento que llegamos. Él y su valiente y eficiente ejército, casi medio millón de efectivos, protegieron nuestro flanco izquierdo y así mantuvieron abierta nuestra única línea de retiro hacia el mar. De repente, sin la consulta previa, con el menor aviso posible, sin el consejo de sus Ministros y sobre su propio acto personal, envió un plenipotenciario al Comando alemán, entregó su Ejército y expuso todo nuestro flanco y medios de retirada.
Le pedí a la Cámara de Representantes hace una semana que suspendiera su juicio porque los hechos no estaban claros, pero no creo que exista ninguna razón por la cual no debamos formar nuestras propias opiniones sobre este episodio lamentable. La rendición del ejército belga obligó a los británicos con el menor aviso a cubrir un flanco al mar de más de 30 millas de longitud. De lo contrario, todo habría sido cortado y habría compartido el destino al que el rey Leopoldo había condenado al mejor ejército que su país había formado. Así que al hacer esto y al exponer este flanco, como verán todos los que siguieron las operaciones en el mapa, se perdió el contacto entre los británicos y dos de los tres cuerpos que forman el Primer Ejército Francés, que estaban aún más lejos de la costa que nosotros. Eran, y parecía imposible que un gran número de tropas aliadas pudieran llegar a la costa.
El enemig atacó por todos lados con gran fuerza y ​​fiereza, y su poder principal, el poder de su mucho más numerosa Fuerza Aérea, fue arrojado a la batalla o bien se concentró en Dunkerque y las playas. Al presionar sobre la estrecha salida, tanto desde el este como desde el oeste, el enemigo comenzó a disparar con cañones en las playas, por lo que solo el barco podía acercarse o partir. Sembraron minas magnéticas en los canales y mares; enviaron repetidas olas de aviones hostiles, a veces más de cien en una formación, para lanzar sus bombas sobre el único muelle que quedaba, y sobre las dunas de arena en las que las tropas tenían sus ojos en busca de refugio. Sus submarinos, uno de los cuales se hundió, y sus lanzamientos de motor hicieron mella en el vasto tráfico que ahora comenzó. Durante cuatro o cinco días reinó una lucha intensa. Todas sus divisiones blindadas, o lo que quedaba de ellas, junto con grandes masas de infantería y artillería, se lanzaron en vano sobre el apéndice cada vez más estrecho y contraído en el que luchaban los ejércitos británico y francés.
Mientras tanto, la Royal Navy, con la ayuda voluntaria de innumerables marineros mercantes, hizo todo lo posible para embarcar a las tropas británicas y aliadas; Se enfrentaron 220 buques de guerra ligeros y otros 650 buques. Tenían que operar en la difícil costa, a menudo en condiciones meteorológicas adversas, bajo una lluvia casi incesante de bombas y una creciente concentración de fuego de artillería. Tampoco los mares, como he dicho, están libres de minas y torpedos. Fue en condiciones como éstas que nuestros hombres siguieron, con poco o nada de descanso, durante días y noches enteras, haciendo viaje tras viaje a través de las aguas peligrosas, trayendo con ellos siempre a los hombres que habían rescatado. Los números que han traído son la medida de su devoción y su coraje. Los barcos del hospital, que sacaron a muchos miles de heridos británicos y franceses, al ser tan claramente marcados, eran un objetivo especial para las bombas nazis; pero los hombres y mujeres a bordo de ellos nunca vacilaron en su deber.
Mientras tanto, la Royal Air Force, que ya había estado interviniendo en la batalla, en la medida en que su alcance lo permitía, desde sus bases, ahora utilizaba parte de su fuerza de combate metropolitana principal, y atacaba a los bombarderos alemanes y a los combatientes que en grandes números los protegieron. Esta lucha fue prolongada y feroz. De repente, la escena se ha despejado, el choque y el trueno han desaparecido por el momento, pero solo por el momento. Un milagro de liberación, alcanzado por el valor, por la perseverancia, por la disciplina perfecta, por el servicio impecable, por el recurso, por la habilidad, por la fidelidad invencible, es manifiesto para todos nosotros. El enemigo fue devuelto por las tropas británicas y francesas en retirada. Lo manejaron tan bruscamente que no se apresuró en serio a su partida. La Real Fuerza Aérea se enfrentó a la fuerza principal de la Fuerza Aérea alemana e infligió pérdidas de al menos cuatro a uno; y la Armada, que utiliza casi 1,000 barcos de todo tipo, transportó a más de 335,000 hombres, franceses y británicos, fuera de las fauces de la muerte y la vergüenza, a su tierra natal y a las tareas que se encuentran inmediatamente por delante. Debemos tener mucho cuidado de no asignar a esta liberación los atributos de una victoria. Las guerras no se ganan con las evacuaciones. Pero hubo una victoria dentro de esta liberación, que debe tenerse en cuenta. Fue ganado por la Fuerza Aérea. Muchos de nuestros soldados que regresan no han visto a la Fuerza Aérea en acción; Sólo vieron a los bombarderos que escaparon de su ataque protector. Subestiman sus logros. He oído hablar mucho de esto; Es por eso que hago todo lo posible para decir esto. Te lo contaré.
Esta fue una gran prueba de fuerza entre las fuerzas aéreas británicas y alemanas. ¿Puede concebir un objetivo mayor para los alemanes en el aire que hacer imposible la evacuación de estas playas y hundir todos estos barcos que se mostraron, casi en la medida de miles? ¿Podría haber habido un objetivo de mayor importancia e importancia militar para todo el propósito de la guerra que este? Se esforzaron mucho, y fueron rechazados; Estaban frustrados en su tarea. Conseguimos alejar al ejército; y han pagado cuatro veces por cualquier pérdida que hayan infligido. Formaciones muy grandes de aviones alemanes, y sabemos que son una raza muy valiente, se han desviado en varias ocasiones del ataque de una cuarta parte de su número de Royal Air Force, y se han dispersado en diferentes direcciones. Doce aviones han sido cazados por dos. Un avión fue arrojado al agua y desechado por la mera carga de un avión británico, que no tenía más municiones. Todos nuestros tipos, el Hurricane, el Spitfire y el nuevo Defiant, y todos nuestros pilotos han sido reivindicados como superiores a lo que tienen que enfrentar en la actualidad.
Cuando consideramos cuánto más grande sería nuestra ventaja en la defensa del aire sobre esta isla contra un ataque en el extranjero, debo decir que, en estos hechos, tengo una base segura sobre la cual pueden descansar pensamientos prácticos y tranquilizadores. Voy a rendir mi homenaje a estos jóvenes aviadores. El gran ejército francés estaba en gran parte, por el momento, rechazado y perturbado por la avalancha de unos pocos miles de vehículos blindados. ¿No puede ser también que la causa de la civilización misma sea defendida por la habilidad y la devoción de unos pocos miles de aviadores? Nunca ha habido, supongo, en todo el mundo, en toda la historia de la guerra, una oportunidad para los jóvenes. Los Caballeros de la Mesa Redonda, los Cruzados, vuelven a caer en el pasado, no solo distantes sino prosaicos; estos jóvenes, saliendo cada mañana para proteger su tierra natal y todo lo que defendemos, sosteniendo en sus manos estos instrumentos de poder colosal y demoledor, de los cuales se puede decir que:

Cada mañana trajo una oportunidad noble Y cada oportunidad dio lugar a un noble caballero, merecemos nuestra gratitud, al igual que todos los hombres valientes que, de muchas maneras y en tantas ocasiones, están listos y continúan listos para dar vida y todo por su tierra natal.
Regreso al ejército. En la larga serie de batallas muy feroces, ahora en este frente, ahora en eso, luchando en tres frentes a la vez, batallas peleadas por dos o tres divisiones contra un número igual o algo mayor del enemigo, y lucharon ferozmente en algunas de las viejos motivos que muchos de nosotros conocíamos tan bien en estas batallas nuestras pérdidas en hombres han superado los 30,000 muertos, heridos y desaparecidos. Aprovecho la ocasión para expresar la simpatía de la Cámara a todos los que han sufrido una pérdida o que aún están ansiosos. El presidente de la Junta de Comercio (Sir Andrew Duncan) no está aquí hoy. Su hijo ha sido asesinado, y muchos en la Casa han sentido los dolores de la aflicción en la forma más aguda. Pero diré esto acerca de los desaparecidos: hemos tenido un gran número de heridos que han regresado a sus hogares a salvo, pero diría acerca de los desaparecidos que puede haber muchos desaparecidos reportados que regresarán a casa, algún día, de una vez forma u otra. En la confusión de esta lucha, es inevitable que muchos se hayan quedado en posiciones donde el honor no requería más resistencia por parte de ellos.
Contra esta pérdida de más de 30,000 hombres, podemos establecer una pérdida mucho más pesada que ciertamente se infligió al enemigo. Pero nuestras pérdidas en material son enormes. Tal vez hemos perdido a un tercio de los hombres que perdimos en los primeros días de la batalla del 21 de marzo de 1918, pero hemos perdido casi la misma cantidad de armas, casi mil, y todo nuestro transporte, todos los vehículos blindados que estaban con El ejército en el norte. Esta pérdida impondrá un retraso adicional en la expansión de nuestra fuerza militar. Esa expansión no había estado avanzando tan lejos como habíamos esperado. Lo mejor de todo lo que teníamos para dar fue a la Fuerza Expedicionaria Británica, y aunque no tenían el número de tanques y algunos artículos de equipamiento que eran deseables, eran un Ejército muy bien equipado. Tuvieron el primer fruto de todo lo que nuestra industria tuvo que dar, y eso se ha ido. Y ahora aquí está este retraso adicional. El tiempo que durará, el tiempo que durará, dependerá de los esfuerzos que hagamos en esta isla. Un esfuerzo como el que nunca se ha visto en nuestros registros ahora se está haciendo. El trabajo avanza en todas partes, día y noche, domingos y días de semana. El capital y el trabajo han dejado de lado sus intereses, derechos y costumbres, y los han puesto en la acción común. Ya el flujo de municiones ha avanzado. No hay ninguna razón por la que no debamos superar en pocos meses la repentina y grave pérdida que se nos ha presentado, sin retrasar el desarrollo de nuestro programa general.
Sin embargo, nuestro agradecimiento por la huida de nuestro ejército y de tantos hombres, cuyos seres queridos han pasado una semana agonizante, no debe ocultarnos el hecho de que lo que ha ocurrido en Francia y Bélgica es un desastre militar colosal. El ejército francés se ha debilitado, el ejército belga se ha perdido, una gran parte de esas líneas fortificadas sobre las cuales se ha depositado tanta fe ha desaparecido, muchos distritos mineros y fábricas valiosos han pasado a manos del enemigo, todo el Canal. Los puertos están en sus manos, con todas las trágicas consecuencias que se derivan de eso, y debemos esperar que otro golpe sea golpeado casi de inmediato contra nosotros o en Francia. Se nos dice que Herr Hitler tiene un plan para invadir las Islas Británicas. Esto a menudo se ha pensado antes. Cuando Napoleón yacía en Boulogne durante un año con sus botes de fondo plano y su Gran Ejército, alguien se lo dijo. "Hay malas hierbas amargas en Inglaterra". Sin duda hay muchas más de ellas desde que la Fuerza Expedicionaria Británica regresó.
La cuestión de la defensa local contra la invasión está, por supuesto, poderosamente afectada por el hecho de que por el momento tenemos en esta Isla incomparablemente más poderosas fuerzas militares que las que hemos tenido en cualquier momento en esta guerra o en la última. Pero esto no continuará. No nos contentaremos con una guerra defensiva. Tenemos nuestro deber para con nuestro Aliado. Tenemos que reconstituir y construir la Fuerza Expedicionaria Británica una vez más, bajo su galante Comandante en Jefe, Lord Gort. Todo esto está en tren; pero en el intervalo debemos poner nuestras defensas en esta isla en un estado tan alto de organización que se requerirá el menor número posible de personas para brindar seguridad efectiva y que se pueda realizar el mayor potencial de esfuerzo ofensivo. En esto ahora estamos comprometidos. Será muy conveniente, si es el deseo de la Cámara, abordar este tema en una sesión secreta. No es que el gobierno necesariamente pueda revelar con gran detalle secretos militares, pero nos gusta que nuestras discusiones sean libres, sin la restricción impuesta por el hecho de que el enemigo las leerá al día siguiente; y el Gobierno se beneficiaría con los puntos de vista expresados ​​libremente en todas las partes de la Cámara por los Miembros con su conocimiento de tantas partes diferentes del país. Entiendo que se debe realizar una solicitud sobre este tema, que será fácilmente aceptada por el Gobierno de Su Majestad.
Hemos encontrado que es necesario tomar medidas cada vez más estrictas, no solo contra extranjeros enemigos y personajes sospechosos de otras nacionalidades, sino también contra súbditos británicos que pueden convertirse en un peligro o una molestia si la guerra se transporta al Reino Unido. Sé que hay muchas personas afectadas por las órdenes que hemos hecho y que son los enemigos apasionados de la Alemania nazi. Lo siento mucho por ellos, pero no podemos, en el momento actual y bajo el estrés actual, hacer todas las distinciones que nos gustaría hacer. Si se intentaran los aterrizajes en paracaídas y les siguieran los feroces combates, estas personas desafortunadas estarían mucho mejor fuera del camino, tanto por su propio bien como por el nuestro. Hay, sin embargo, otra clase, para la cual no siento la más mínima simpatía. El Parlamento nos ha otorgado los poderes para sofocar las actividades de la Quinta Columna con una mano fuerte, y utilizaremos esos poderes sujetos a la supervisión y corrección de la Cámara, sin la menor vacilación hasta que estemos satisfechos, y más que satisfechos, de que esta malignidad en nuestro medio ha sido efectivamente eliminado.
Volviendo una vez más, y esta vez de manera más general, a la cuestión de la invasión, observaría que nunca ha habido un período en todos estos largos siglos de los cuales nos jactamos de que una garantía absoluta contra la invasión, y mucho menos contra las redadas serias, pudiera haber dado a nuestra gente. En los días de Napoleón, el mismo viento que habría llevado sus transportes a través del Canal podría haber ahuyentado a la flota bloqueadora. Siempre existió la posibilidad, y es esa posibilidad la que ha excitado y ha engañado a la imaginación de muchos tiranos continentales. Muchos son los cuentos que se cuentan. Tenemos la certeza de que se adoptarán métodos novedosos y, cuando veamos la originalidad de la malicia, el ingenio de la agresión, que muestra nuestro enemigo, ciertamente podemos prepararnos para todo tipo de estratagemas novedosas y todo tipo de maniobra brutal y traicionera. Creo que ninguna idea es tan extravagante que no se debe considerar y ver con una búsqueda, pero al mismo tiempo, espero, con un ojo fijo. Nunca debemos olvidar las sólidas garantías del poder marítimo y las que pertenecen al poder aéreo si se puede ejercer localmente.
Yo mismo tengo plena confianza en que si todos cumplen con su deber, si no se descuida nada, y si se hacen los mejores arreglos, tal como se están haciendo, nos demostraremos una vez más que podemos defender nuestra casa en la Isla, para salir del camino. tormenta de guerra, y para sobrevivir a la amenaza de la tiranía, si es necesario durante años, si es necesario solo. En cualquier caso, eso es lo que vamos a tratar de hacer. Esa es la resolución del gobierno de Su Majestad: cada uno de ellos. Esa es la voluntad del Parlamento y de la nación. El Imperio Británico y la República Francesa, unidos en su causa y en su necesidad, defenderán hasta la muerte su territorio nativo, ayudándose entre sí como buenos camaradas hasta el máximo de sus fuerzas. A pesar de que grandes extensiones de Europa y muchos estados antiguos y famosos han caído o pueden caer en las garras de la Gestapo y de todos los aparatos odiosos del gobierno nazi, no debemos abandonarnos ni fracasar. Continuaremos hasta el final, lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos con creciente confianza y cada vez más fuerza en el aire, defenderemos nuestra isla, cualquiera que sea el costo, debemos peleamos en las playas, pelearemos en los campos de aterrizaje, pelearemos en los campos y en las calles, pelearemos en las colinas; nunca nos rendiremos, e incluso si, lo cual no creo por un momento, esta Isla o una gran parte de ella estuviera subyugada y muriera de hambre, nuestro Imperio más allá de los mares, armado y custodiado por la Flota Británica, continuaría lucha, hasta que, en el buen momento de Dios, el Nuevo Mundo, con todo su poder y poder, salga al rescate y la liberación del viejo.
spacer

Texto histórico: Última proclama del Comité Provincial Revolucionario de Asturias

TEXTO HISTÓRICO PARA COMENTAR

Proclama del comité revolucionario durante la revolución de Asturias de 1934, concrétamente la última. Este texto es adecuado para estudiar la época de la II República, los movimientos obreros y los preludios a la Guerra Civil Española. Se puede apreciar como en esta fase, tras semanas de lucha,  el comité ya daba por perdida la insurrección armada aunque no daba por perdida su causa a largo plazo. En esta acción de represión de la rebelión destacó la figura del general Franco, por lo que también se puede relacionar este texto con su figura y posterior acción política. Paralelamente a estos sucesos se produjo una rebelión del gobierno de la Generalitat de Cataluña contra el gobierno de la II República que también fue reprimida.





Haz click en las imágenes para verlas mejor.



A todos los trabajadores:

 El día 5 del mes en curso comenzó la insurrección gloriosa del proletariado contra la burguesía y
después de probada la capacidad revolucionaria de las masas obreras para los objetivos de Gobierno
ofreciendo alternativas de ataque y defensa ponderadas, estimamos necesaria una tregua en la lucha,
deponiendo las armas en evitación de males mayores. Por ello, reunidos todos los Comités
Revolucionarios con el provincial, se acordó la vuelta a la normalidad, encareciéndoos a todos os
reintegréis de forma ordenada, consciente y serena, al trabajo.
 Esta retirada nuestra, camaradas, la consideramos honrosa por inevitable. La diferencia de medios
de lucha, cuando nosotros hemos rendido tributo de ideales y hombría en el teatro de la guerra, y el
enemigo cuenta con medios modernos de combate, nos llevó por ética revolucionaria a adoptar esta actitud
extrema. Es un alto en el camino, un paréntesis, un descanso reparador después de tanto sobresfuerzo.
Nosotros, camaradas, os recordamos esta frase heroica: “Al proletariado se le puede derrotar, pero jamás
vencer”.

Última proclama del Comité Provincial Revolucionario de Asturias, 18 de octubre de 1934. 

---

spacer

Feliz 2019

 Feliz 2019
Que la historia nos siga apasionando.



Este nuevo año seguiremos poniendo a disposición de los profesores y aficionados a la historia mas textos históricos para conocer el pasado y prácticar el comentario de texto. Podéis comentar las entradas para sugerir cambios, modificaciones o sugerir nuevos textos para añadir.
spacer