Manifiesto del general José Sanjurjo. La Sanjurjada de 1932. Texto completo.

TEXTO HISTÓRICO PARA COMENTAR

La "Sanjurjada"
José Sanjurjo
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Manifiesto del general José Sanjurjo Sacanell. 1932

(La redacción del texto se atribuye al periodista Juan Pujol, director de Informaciones y agente del millonario mallorquín Juan March.)

Españoles: Surge de las entrañas sociales un profundo clamor popular que demanda justicia y nos mueve a procurarla. No hay atentando que no se haya cometido, abuso que no se haya perpetrado ni inmoralidad que no haya descendido a todos los órdenes de la Administración pública, para provecho o para el despilfarro escandaloso. La fuerza ha sustituido al derecho, la arbitrariedad a la ley, la licencia a la disciplina. La violencia se ha erigido en autoridad y la obediencia se ha rebajado a la sumisión. La incapacidad se impone donde la competencia se exhibía El despotismo hace veces de valor y de honor de la desvergüenza. 
No nos impresiona la emoción dimanante del dramatismo de un levantamiento para el triunfo del pueblo. Las angustias del país nos emocionan profundamente. La revolución será siempre un crimen o una locura dondequiera que prevalezca la tiranía, medios justificativos que copiamos de la revolución que se hizo en abril de 1931.
Se han destrozado los organismos de defensa e insultado groseramente a los cuerpos armados; ha aumentado su criminalidad de modo alarmante. El paro forzoso, extendido en proporciones aterradoras, tiene en la miseria a muchos miles de obreros. No se ha tenido en varios meses ni un día de sosiego y tranquilidad, con el sobresalto constante del incendio, huelgas revolucionarias, robos, atracos y amenazas. Las leyes de excepción nos privan más que nunca de los derechos ciudadanos, y por si estos y otros males fueran pocos, se han alentado imprudentemente los sentimientos de varias regiones y envenedo aspiraciones que podían ser legítimas en su origen, poniendo en peligro inminente la integridad de España.
Por amor a España y por imperativos de nuestra conciencia y nuestro deber, que nos obliga a salvarla de la ruina, de la iniquidad y de la desmembración, aceptamos desde este momento la responsabilidad de la gobernación del país y asumimos todas las funciones del Poder Público con el carácter de Junta provisional.
No venimos, sin embargo, a imponer un régimen político contra la República, sino a libertar a España de la alarma, que sólo en un año ha ocasionado daños tan gravísimos en lo material y lo moral. La forma en los Poderes del Estado han de organizarse se determinará por la representación legítima de todos los ciudadanos designados en elecciones que se celebrarán en un régimen de libertad, sin amenazas ni coacciones que impidan manifestarse libremente la voluntad individual de los electores.
Los poderes que esta Junta provisional asumen durarán el tiempo indispensable para restablecer la disciplina, postulado esencial previo para la legitimidad de cualquier Parlamento que la nación elija, pero durante ese periodo de restauración de la paz pública será inexorable en la persecución de cuantos aspiren a reproducir los métodos de terrorismo a que acabamos de poner término, y sobre todo cuantos estén al servicio de organizaciones extranjeras, cuyo fin esencial es de introducir y fomentar la discordia interna en las naciones, organizaciones que por lo que aquí respecta quedan desde este momento fuera de la ley.

Solo a estos fines responderán los decretos de la Junta provisional, y para ello requiera la colaboración de todos los ciudadanos. La cordialidad con que pide y espera su concurso le autoriza, si se produjera cualquier intento perturbador, para reprimirlo de modo severo.

¡Viva España y viva la soberanía nacional!

Esta edición como tal está extraída del libro de Sigfredo Hillers de Luque
España: Régimen jurídico-político de Franco (1936-1975) versus Régimen político actual de Juan Carlos I/Felipe VI (partitocracia coronada). Editorial Aranzadi. 2015. 

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